Era un escritor medio pelo,
para sus adentros lo sabía.
Un día cansado del menosprecio
invocó al Demonio.
- ¡Quiero ser el mejor escritor de todos los tiempos!
pidió sin titubeos.
- Eso es probable, eso es posible;
aunque no es fácil de alcanzar,
para ello deberás chupar...
Contestó el Siniestro apenas apareció.
El joven artista sin demora
de rodillas se situó.
Y del Rey del averno la entrepierna devoró.
El maligno, una vez complacido,
al escritor se dirigió
chupar tu deberías
pero alcohol yo me refería.
Así fue como Mazzucco se volvió alcoholico
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