Él estaba sentando encima de una duna gigante tapado con un harapo lleno de agujeros producidos por las polillas, antes pareció
ser un poncho. Sus rodillas llegaban a la altura de la cabeza y con su brazo
derecho formaba una especie de letra “ele” en donde reposaba su cabeza. Su mano
izquierda acariciaba la arena, le hacia rulitos, rayitas, algún dibujo también.
Tomaba puñaditos y se la arrojaba a los pies y contaba los segundos que tardaba
en escabullírsele. Su cabellera corta se mecía por el viento tibio que
arrastraba granitos de arena. Contemplativo ante el sol del medio día, asomaba
su mirada quemada por el calor apreciando su reino. El efecto del sol sobre las
dunas parecía hacerlas ondear como si fuesen olas. Él distraído y cabizbajo vio
una nube en el horizonte, a lo lejos saliendo de entre las montañas y pensó “ojalá
que no llueva o florecerá la tierra”.
viernes, 22 de diciembre de 2017
viernes, 8 de septiembre de 2017
Último recurso
¿Qué más da ya que todo se ha perdido?
Oh patria querida, algún día tal vez,
posiblemente,
Volveremos a estar juntos de nuevo,
Lo dudo.
Caminaré por tu suelo, beberé tu agua,
respiraré tu aire
Aunque sea en sueños.
¿Qué más da? Si no tengo tú suelo, tú
agua, tú aire,
Ni los libros, ni el pan, ni los amigos,
Desde esta ventana, en la que te miro de
lejos,
Siempre de lejos, siempre esa ventana,
Siempre en la calle, junto a mi perro.
Tierrita que tiene mis juegos de niño,
las callecitas de la juventud,
Tierrita que ame, que amo,
Poco o mucho,
Porque todavía te amo.
Aunque esté aquí en el exilio.
martes, 14 de marzo de 2017
Explosiones
Explosiones
Se cruzan
Se esquivan
Se miran
Se miran
Se besan
Explotan
Se buscan
Se pierden
Se recuerdan
Se saludan
Se saludan
Explotan
Se encuentran
Se manifiestan
Se olvidan
Se prometen
Se prometen
Explotan
Desaparecen
Reaparecen
Resplandecen
Resplandecen
Permanecen
Explotan
Se contradicen
Se dicen
Cicatrizan
Reencarnan
viernes, 16 de diciembre de 2016
El Festival del Pueblo
La gente se
preparaba con anticipación al gran evento popular. Se bañaban, perfumaban, se vestían
elegantes. Salían sonrientes. Se cruzaban en las calles contando a donde iban.
Invitaban a todo el mundo por si no sabían lo que estaba sucediendo. Algunos
iban con su pareja, otros con grupos de amigos, otros solos. También compraban
flores o algún presente, o a veces nada. Lo importante era asistir.
Toda esa manía
empezó hace mucho tiempo, no se recuerda exactamente cuándo. Algunos sugieren
que fue cuando se publicó por primera vez en el diario local que debían asistir.
Otros dicen que esto sucedió cuando lo escucharon en la radio. Mientras que los
devotos afirman haberlo escuchado en la misa de algún domingo lejano.
Pero lo importante
era que todos querían estar presentes de la forma que fuese. Hasta que llegó la
necesidad de ser parte activa del espectáculo. Por ese entonces el festival se
celebraba cuando ocurría, pero sucedió que hubo un mes en particular que el
festival se festejo hasta 3 veces por semana. Todas las veces sin previo aviso
y de manera natural. Al mes siguiente un grupo de aficionados, aburridos y
sumidos en la nostalgia decidieron activar el festival y cometieron el primer
suicidio. Un joven se arrojó del edificio más alto del lugar, el campanario de
la Iglesia. Una caída en picada de más de 50 metros estallando en el suelo como
si fuese un globo lleno de agua. Una vez más el pueblo estaba contento de poder
festejar el despliegue de grandeza, color y llanto que era el festival. De esta
manera siguieron suscitando más suicidios: sobredosis, ahorcamientos, cortes de
muñecas, disparos en la cabeza, etc. El festival se hizo cada vez más popular y
hasta venia gente de pueblos cercanos. Lamentablemente, los suicidas
voluntarios dejaron de existir y aparecieron los más famosos espectadores
activos. Fue entonces que apareció el primer asesino serial quien mantuvo al
festival sobre ruedas durante un año y medio hasta ser encontrado por la
justicia y ejecutado. De esa manera culmino su obra y espectáculo con un saldo
a favor de 500 ediciones festivaleras como espectador y artista y una como
artista exclusivo. Su fama recorrió el pueblo y en las semanas subsiguientes
aparecieron imitadores y fanáticos que replicaban su accionar matando a sus
familias, gente desconocida, al vecino de la vuela, al almacenero, la vieja que
nunca quiere devolver la pelota, a los pibes molestos que no dejan dormir la
siesta, etc. Uno por uno edición tras edición se fue ejecutando a los
festivaleros y festivos hasta llegar al punto en que debo decir que esta edición
final no la verá nadie. Es por eso que debía dejar registro.
sábado, 10 de diciembre de 2016
Todo como antes
¿Por qué no me atraviesa un rayo
que queme mis fragmentos
y los haga cenizas dueñas del viento?
Tal vez así me arrope la muerte
y me lleve el recuerdo.
¿por qué seguís presente?
¿por qué no me dejas solo?
cómo cuando me encontraste,
y que sea todo como antes.
sábado, 3 de diciembre de 2016
Tratos absurdos con el Demonio
Era un escritor medio pelo,
para sus adentros lo sabía.
Un día cansado del menosprecio
invocó al Demonio.
- ¡Quiero ser el mejor escritor de todos los tiempos!
pidió sin titubeos.
- Eso es probable, eso es posible;
aunque no es fácil de alcanzar,
para ello deberás chupar...
Contestó el Siniestro apenas apareció.
El joven artista sin demora
de rodillas se situó.
Y del Rey del averno la entrepierna devoró.
El maligno, una vez complacido,
al escritor se dirigió
chupar tu deberías
pero alcohol yo me refería.
domingo, 13 de noviembre de 2016
Eso que realmente importa
La belleza, esa que realmente importa
tiene la misma naturaleza
que los patos sucios,
que un colectivo lleno,
que el diario de ayer.
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